He presenciado instantes que, vosotros humanos, nunca creeríais...
De un rayo el fuego enseñé y a los más débiles ayudé;
Reinos e ideales he trazado para posteriormente desestimalos.
Vivido momentos que olvidados han sido y en literatura convertido:
Flotando realidad y leyenda,
Perdida queda la lágrima entre la lluvia.
He sentido desprecios que, vosotros inhumanos, nunca creeríais...
Las ciudades que ahora loáis eran verdes praderas sedientas de vida;
En ceniza las habéis dejado.
Los cielos que nuevamente ansiáis coronar una vez fueron azules;
Mantos ajironados se tornan con la sed del poder y la ambición.
Las aguas que de luto teñís, de ilusiones iban cargadas;
Ni océano ni orilla sobra,
Las antes Tierras Nuevas de lápida lucen.
He visto atrocidades que, vosotros desalmados, nunca creeríais...
No sueñes, no, con un mañana mejor porque nada mejor existe:
Arrancada será toda ilusión y recuerdo.
No desees, no, vida inteligente en otros planetas:
En el tuyo propio búscala.
No te creas, no, superior a ninguna otra especie:
Cerca danza la autodestrucción.
No temas, no, que tu Señor no contempla el Cielo y el Infierno:
Él sólo demuestra el transcurso de sí mismo...
Y es que he presenciado instantes que, vosotros humanos, nunca creeríais.
Las manecillas del reloj nunca serán derretidas,
Las arenas seguirán cayendo;
Cabalgando eternamente sobre las mareas,
El Dueño de vuestras vidas repartirá su saber.
Fotografía: José R. Luna de la Ossa [X CERTAMEN NACIONAL DE FOTOGRAFÍA "Ciudad de Puertollano" junio 2002; TEMA "A" ( LIBRE ) Mejores Clasificadas]
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