miércoles, 5 de abril de 2006

Sendas de un Sísifo reencontrado


El día que descubrió el Sísifo que llevaba dentro, fue el día que aprendió a respirar. Subía curvas de mujer, en vez de interminables montañas. Y aunque había descubierto que el amor de una fémina podía alcanzar mayores tragedias, no era sino él mismo el que se obligaba a subir cada día por las tortuosas sendas de su ser.

No hay comentarios: