jueves, 3 de noviembre de 2005

Gobernar con dulzura

- ¿Qué canción es esa que cantabas ayer? – pregunto.
- Balada para un loco -dice-. ¿Por qué no me lo has preguntado hasta hoy?
- Por nada - contesto.

Pero sí, hay un motivo. Sé que él cantó esa canción porque es una trampa. Me hizo memorizar la letra, y yo tengo que memorizar la materia para el examen. Podría haber cantado una canción conocida, que yo hubiese oído miles de veces, pero prefirió algo que no hubiese escuchado nunca.
Es una trampa. Así, cuando más adelante suene esa música en la radio, o en un disco, me acordaré de él, de Bilbao, de la época en que el otoño de mi vida se transformó de nuevo en primavera. Recordaré la excitación, la aventura, y la criatura que renació sabe Dios de dónde.

Paulo Coelho, A orillas del río Piedra me senté y lloré.

No hay comentarios: